Fracaso y Abandono escolar

El fracaso escolar es el hecho administrativo de no lograr el título académico o como no alcanzar cierto nivel mínimo de conocimientos. Los factores determinantes en el fracaso escolar son la familia, el colegio y el entorno social.

España es un país con un nivel de fracaso escolar muy superior a la media calculada por la OCDE. También se observa que la repetición de curso es mucho mayor en nuestro país, y que quienes no repiten curso obtienen unos resultados similares a los jóvenes de otros países de la OCDE. La formación de los jóvenes españoles fue la peor de Europa en 2010.

El último informe publicado por la revista Magisterio especializada sobre el abandono educativo temprano en España, relativo al año 2008, constata que el fracaso escolar en nuestro país sigue aumentando prácticamente año tras año desde el 2000. Así, uno de cada tres alumnos abandonó los estudios el año pasado tras acabar la Educación Secundaria Obligatoria.

Más del 21% de los escolares españoles de 15 años manifiesta tener dificultades para leer.

España es líder de la Unión Europea en fracaso escolar, con una tasa del 21,9% de jóvenes entre 18 y 24 años que han abandonado prematuramente el sistema educativo habiendo completado como mucho el primer ciclo de secundaria. Este porcentaje duplica la media comunitaria (11,1%) y está todavía muy lejos del objetivo para España de reducir el abandono escolar al 15% de aquí a 2020, según un informe publicado este lunes por la oficina estadística de la UE, Eurostat.

En todo caso, España ha logrado reducir la tasa de abandono prematuro desde el 30,3% que registraba en 2006 al 23,6% en 2013 y al 21,9% en 2014. La proporción de fracaso escolar es muy superior entre los hombres (25,6%) que entre las mujeres (18,1%), de acuerdo con los datos de Eurostat.

Junto con España, los países de la UE con mayor tasa de fracaso escolar son Malta (20,4%), Rumanía (18,1%), Portugal (17,4%) e Italia (15%). En el extremo contrario, las menores proporciones de abandono escolar prematuro se registran en Croacia (5,4%), República Checa (5,5%) y Lituania (5,9%).

Entre los grandes países de la UE, las tasas de abandono escolar oscilan entre el 8,5% de Francia, el 9,5% de Alemania y el 11,8% de Reino Unido.

En 2014, los países con mayor tasa de población que ha completado los estudios universitarios se registró en Lituania (53,3%), Luxemburgo (52,7%) e Irlanda (52,2%). En el extremo contrario de la clasificación, las proporciones más bajas se observaron en Italia (23,9%), Rumanía (25%), Malta (26,6%), Eslovaquia (26,9%) y República Checa (28,2%).

Detrás del abandono escolar temprano, uno de los principales problemas de la educación española, hay causas sociales, pero también puramente educativas. Entre estas, señalan los expertos, que tenemos unas tasas de suspenso muy altas en la enseñanza obligatoria, que impiden a los estudiantes progresar hacia la educación posobligatoria. Una cierta "afición" a suspender, dice incluso el sociólogo Fernández Enguita.

Absentismo escolar

En una primera aproximación, podemos definir el absentismo como la situación de inasistencia a clase por parte del alumno en la etapa obligatoria de manera permanente y prolongada; en determinadas ocasiones, esto tiene lugar por causas ajenas al propio alumno, como pueden ser la aparición de una enfermedad o un traslado familiar; en otras, se debe a una "elección" por parte del alumno, que no encuentra en la escuela la respuesta a sus problemas e intereses, que acumula retrasos en relación con su grupo de edad o que, en definitiva, quiere buscar otra cosa al margen del sistema escolar.

Sin embargo, esta consideración del absentismo escolar resulta completamente insuficiente; primero, porque se refiere únicamente a la última etapa del problema, cuando ya la situación es final y se ha producido la ruptura definitiva con el sistema escolar; segundo, porque olvida el carácter procesual que tiene el fenómeno del absentismo que va poco a poco desarrollándose y concretándose en diversas manifestaciones; por último, porque hace casi imposible una respuesta adecuada a este problema, ya que, cuando llega a nosotros, está completamente desarrollado y apenas ha dejado margen para la actuación.

El absentismo debe ser conceptualizado como una respuesta de rechazo por parte del alumno hacia el sistema escolar, que adopta varias manifestaciones y grados: en algunos casos, son ausencias a clase que deben ser contempladas más como una especie de travesura infantil que como un problema como tal; en otras, son ausencias mucho más preocupantes y van desde el absentismo pasivo del alumno desenganchado de las explicaciones y actividades normales de las clases, a las faltas de puntualidad, la inasistencia a clase de forma especial a las que tienen lugar en ambos extremos horarios, las ausencias intermitentes a unas clases o asignaturas, el abandono esporádico del Centro a determinadas horas..., y así hasta llegar al abandono definitivo de la asistenciaa clase. Todas ellas son, a la vez, signos de alarma y manifestaciones del fenómeno del absentismo.

Este absentismo tiene unas consecuencias inmediatas, quizá no muy llamativas, y que se concretan en suspensos, repeticiones o abandono de la escuela; sin embargo, el absentismo preocupa más por sus consecuencias a medio y largo plazo y, de forma especial, por las consecuencias que, en el mundo de hoy, pueden derivarse de la falta de adquisición de conocimientos fundamentales o de la falta de desarrollo de competencias básicas para poder llevar una vida personal, social y profesional adecuada. También preocupan las consecuencias de marginalidad, paro, incultura, posible delincuencia que pudieran derivarse, o, lo que es lo mismo, la posible conversión a medio y largo del problema del absentismo en un problema social importante.


© 2016 C/ Profesor Vicente Callao, Granada
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