Manipulación electoral

La manipulación electoral es la intervención ilícita de un proceso electoral con el propósito de impedir, anular o modificar los resultados reales. Son acciones que atentan contra la legalidad de la democracia, la cual se ve afectada por la ausencia de libertad de expresión, de falta de igualdad y de una inexistente profesionalización de los que lo realizan.

Un ejemplo característico es cuando se va a realizar una encuesta, hay que dejar claro que los individuos no eligen ser encuestados, por lo que muchos eligen no participar. Los que sí están dispuestos pueden ser sólo los más interesados, con lo que el resultado estaría sesgado. Además, las preguntas que se plantean en una encuesta pueden ser dirigidas a personas que no tienen opiniones muy consistentes sobre lo que se pregunta. También existe la posibilidad de que el encuestado nunca haya pensado antes sobre lo que se pregunta, con lo que la respuesta, si existe, será parcial o inventada.

El dinero es otro factor de deformación de la encuesta: si no se dispone de inversión suficiente para llevarla a cabo, puede resultar poco representativa (a menos encuestados, menos representación).

Las encuestas tienen su ciencia y su técnica es bastante definida, sí... pero jugando con lo relativo (cogiendo una muestra u otra o haciendo unas u otras preguntas) se consigue que el resultado vaya a favor o en contra de lo que se proponga. Así, nos podemos encontrar con que cada medio publica unos resultados de encuestas sobre un mismo tema totalmente dispares, como suele pasar en el tema de las elecciones catalanas, con tanta disparidad de líneas editoriales al respecto.

Para evitar manipulaciones, lo mejor es definir una intención de voto propia en función de la ideología de los partidos y de las expectativas creadas en ellos, además de la trayectoria que tengan.


© 2016 C/ Profesor Vicente Callao, Granada
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